¿Qué significa ser profesional?

Actualmente, el ser humano se ve enfrentado a diferentes perspectivas de su entorno y solo su formación desde la niñez lo llevara a decidir que esta bien y que no, lo anterior permite forjar el carácter de un individuo, llevándolo a un estatus de madurez ética y moral. Cuando se hace referencia al profesional, se dirige la atención hacia aquellas personas que se están ejerciendo en el mundo laboral, sin embargo, y desde nuestro punto de vista, esto no solo se encuentra ligado a dicho suceso, de igual forma se abarcan las actitudes de las personas en su diario vivir, involucrando a todos aquellos que forman parte del circulo social. Ser profesional conlleva un significado mayor al que se le esta dando y, ciertamente, tener un titulo no te define como persona, pero identificar lo que es correcto y lo que no, saber elegir entre una opción viable o no, esa es la verdadera condición de ser profesional, anteponiendo en todo momento los valores que han llevado al desarrollo del mundo entero.

El profesional debe contar con principios éticos que lo lleven a ser una persona ejemplar y que se encargue de mejorar las condiciones de su entorno para un bien común.

Puede decirse que desde la minoría de edad todos debemos seguir las ordenes de los mayores, pero a una edad adulta somos capaces de tomar decisiones autónomamente, basando estas en los principios éticos adquiridos en nuestros inicios y que nos conduzcan a una vida moral que alcance todos los aspectos en la vida del ser humano, ya sea a nivel personal o profesional. Ser profesional no solo se refiere a conocimientos científicos de un tema, sino a la forma en como se aplican dichos conocimientos, ya sean de forma consciente para el bienestar propio y el de los demás, contribuyendo a nuestro futuro y al avance social.

La imagen es un ejemplo claro de los dilemas que enfrentan los profesionales en la actualidad.

En el presente, el profesional puede ser capaz de alcanzar tantos logros en todos los ámbitos de su vida, pero estará en su personalidad determinar si la forma para llegar a ellos es conveniente o no. Nos enfrentamos entonces a diferentes limitaciones que pueden tropezar con nuestra moral y es en este punto cuando estará a prueba nuestra capacidad de responder concretamente y procurar actuar correctamente, aun cuando aquello dé pie para generar rencillas con otras personas o, incluso, la perdida definitiva de un trabajo. Lo anterior generara retos a los cuales debemos estar preparados en todo momento, pidiendo ante todo la guía de Dios para sobrellevar hechos de verdadera corrupción y que necesitan ser solucionados para evitar peores consecuencias.

De igual forma, el profesional sera capaz de relacionarse con todas las personas a su alrededor, su trato sera el adecuado para ganarse el respeto y la confianza de estas, además de crear lazos de amistad que posibiliten una labor mas cómoda para todos. Como estudiantes en formación, somos libres de elegir en cualquier momento y sabemos que se presentaran situaciones de verdadera tensión, pero es hay cuando mas se deben afianzar los principios aprendidos desde nuestra niñez, durante el colegio y, aun, en la universidad, sin olvidar que deben superponerse los valores morales, garantizando el bien de las personas involucradas.

EL PROFESIONAL NO ES SOLO AQUEL QUE TRABAJA, ES EL QUE SABE ELEGIR Y ACTUAR.

La madurez ética y moral del hombre

La madurez nos permite decidir entre lo que es bueno y lo que no, para nosotros y los que nos rodean.

Normalmente, ligamos la madurez de una persona a su edad y decimos que dicho estado se ha alcanzado cuando esta ha cumplido sus 18 años de vida, sin embargo, la madurez abarca otros términos de mayor significado que distinguen a todo ser humano. En algunos casos, cuando se ha alcanzado dicha edad, el hombre puede decidir que hacer con su vida sin depender de sus padres o dejarse llevar por la comodidad que siempre ha tenido, evitando salir de esta para no preocuparse por nada ni nadie. Por lo anterior, cuando se hace referencia a la madurez ética y moral del hombre, se habla de las acciones que este demuestra de forma permanente, sus palabras, sus actitudes, su manera de tratar al prójimo, todo reunido para definirlo delante de la sociedad.

La madurez consiste en pensar en tu bienestar y el de los demás.

Dicha madurez es de carácter ético y moral, formada desde la educación recibida en casa, escuela, incluso en las calles, llevando a una persona a decidir como debe actuar, según sea el contexto, y de que manera se desempeñara continuamente en la sociedad. El ser humano esta acostumbrado a dar lo que recibe, pero su madurez lo conduce a ser mejor cada día, a pensar en su prójimo, a ser autónomo y, de igual forma, a integrarse en la comunidad, velando por su bien propio y el bien común. La madurez sera, por tanto, aquello que nos ayuda a trascender y a decidir lo que nos conviene y lo que no, es una forma de alcanzar el verdadero carácter humano.

Las normas como un sentido de orden...

Son diversas las normas y leyes que rigen la sociedad actual, las cuales han sido implementadas desde el principio de los tiempos para mantener un orden en toda la sociedad y garantizar una buena forma de vida para todos. Desde mi punto de vista, considero que sin ellas el mundo sería un verdadero caos y las personas harían diferentes acciones que, ciertamente, son perjudiciales para los demás. Por lo anterior, las normas deben ser tenidas como una manera de evitar que lo perjudicial se multiplique en gran manera.

Esta imagen representa lo que ocurre cuando las normas no son tenidas en cuenta, incluso la contaminación del planeta es una de las consecuencias.

Sin embargo, actualmente se han implementado ciertas normas que no son de agrado general y debería realizarse una revisión de estas, para evitar que los dirigentes plasmen leyes que cumplen con algunas de las normas ya establecidas, pero infringen otras que tienen igual importancia para todos. Cabe mencionar que, seguir las normas es una forma de obedecer a Dios pues el mismo las ha creado, así como se expresa en Romanos 13:1-2: "Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos"; pero muchas de las normas actuales se han desviado de la dirección hecha por Dios y estas solo atentan contra los principios éticos y morales que son propios de todas las personas, incluso Dios ya no es el pilar fundamental que rige a la nación, aunque finjan creerle y seguirle.

Dios espera de nosotros grandes cosas, incluso respetar a las autoridades y dar ejemplo al prójimo.

Solo queda decir que las normas, por ejemplo aquellas que apoyan el aborto, necesitan un cambio en el cual se busque la guía de Dios y, de esta forma, sea posible un orden de mayor relevancia, asegurando un futuro de amor, paz, equidad y verdadera justicia, procurando en todo momento actuar de buena manera para lograr dicho objetivo y demostrarle al mundo que creer en Dios y amarle, es una de las mayores bendiciones que podemos tener, lo cual nos permite hacer de este un Lugar Mejor.

La alteridad: ser el otro...

“No se olviden de hacer el bien y compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios” Hebreos 13:16.

Podemos definir la alteridad como: el obrar bien y permitiendo la vida del otro, en base de la práctica de la justicia y de la equidad en favor del prójimo.

Esta imagen es un claro ejemplo de lo que debemos evitar, si no queremos que sea de igual forma para nosotros.

Si bien, la alteridad abarca virtudes, que nos permiten manejar nuestra manera de ser o actuar ante ciertas situaciones, la prudencia aplica  muy bien en el sentido de la alteridad, en respetar los sentimientos y la vida del prójimo. Un individuo con conductas imprudentes es probable que no sólo ponga en riesgo su propia existencia, sino que también represente un peligro para la vida de otros. Esto ocurre con quienes conducen de manera temeraria, tienen animales peligroso en su hogar o festejan disparando al aire, entre muchas otras acciones y conductas que se oponen a la prudencia.

Soy libre...odio las normas! Pero...

Haciendo alusión al título, y viéndolo desde un punto de vista moral, puedo llegar a decir que las primeras normas son las que me hicieron ver mis padres, pero a la vez siendo libre de decidir qué era lo mejor para mí y siendo responsable de mis propios actos. Después de esa etapa, viene el colegio, en el cual también se rigen un conjunto de normas de convivencia y se le cataloga como la primera vivienda de la vida pública, esto genera unos referentes fundamentales que nos van a acompañar a lo largo de toda la vida y tienen que ver con la formación del carácter, con la posibilidad de confianza en su capacidad de aprendizaje, en el conocimiento y establecer un corpus cultural. Efectivamente, el colegio es un espacio de socialización, en donde básicamente transmitimos nuestra cultura.

Las normas han sido inculcadas desde un principio.

Haciendo una reflexión de lo dicho, nuestra conducta está basada en un sistema de valores y se genera, principalmente, por la acción de los padres, los cuales son los encargados de transmitir los valores a la nueva generaciones. Ellos tienen la mejor oportunidad para hacerlo, dado que pueden influir sobre la persona en sus años infantiles, cuando carece de la capacidad de criticar. La capacidad de criticar solamente puede aparecer cuando, la persona ha reunido una suficiente cantidad de experiencias como para poder efectuar comparaciones. Los niños carecen de esto y, por lo tanto, tienen que aceptar como bueno todo lo que le transmiten sus padres, dicha transmisión es verbal y no verbal, está dada por palabras, gestos, actitudes y por la simple presencia de los padres tal como son.

¡Soy libre! ¡Odio las Normas! Pero...

...esta sociedad las requiere para mantener el orden

Las normas están hechas para mantener una buena convivencia y armonía entre todos los individuos, son necesarias para mantener el orden, la estabilidad social, el bien común, ejercer autoridad y hacer valer derechos y deberes, sin embargo, en ocasiones terminan siendo una imposición que nadie quiere cumplir, dado que encasillan en esquemas sociales y no permiten un libre desarrollo. 

Las normas deben permitir la libertad de expresión y desarrollo de las personas, no convertirse en un sistema que obligue e imponga conductas, siempre y cuando estas no perjudiquen a otros. Si bien no todas cumplen con este ideal, debemos ser conscientes de su importancia y función dentro de la sociedad y antes de quebrantar una norma o ley debemos preguntarnos: 

¿Cómo me afecta a mi o a otros infringir la ley?

La alteridad

La real academia de la lengua española, define la alteridad en cuatro palabras: 

"Condición de ser otro."

Pero, ¿qué implica esto?, ¿qué significado tiene?, y ¿como se aplica a la vida cotidiana? Para responder estas preguntas podemos remitirnos a la biblia, a un mandamiento dado en Mateo 22:39 y Gálatas 5:14.

Mateo 22:39; Gálatas 5:14.

Ahora bien, según Enrique Dussel, alteridad consiste en "Estar en la condición del otro", significa entenderlo, comprenderlo, ayudarlo, ponerse en sus zapatos, sentir lo que la otra persona siente. Lo anterior implica salir de nuestro mundo y mirar las necesidades, razones, pensamientos, ideas, etc., del otro. En nuestro diario vivir lo aplicamos dejando de pensar solo en el bienestar propio, de manera egoísta, y procurar el bienestar colectivo.  

Esto lo logramos amando al prójimo (al otro), así como lo expresa la palabra de Dios, como si fuéramos nosotros mismos, es la única manera de practicarlo, es decir, haciendo con el otro lo que nos gustaría que hicieran con nosotros, tratando al otro como te gustaría ser tratado. Antes de juzgar una determinada acción, lo correcto es ponerse en la condición del otro e intentar entender sus razones, motivaciones o ideas. Antes de buscar mi bienestar lo correcto es ponerse en la condición del otro, procurando su bienestar, también, o no perjudicándole. Con acciones tan sencillas como estás se propician relaciones más pacíficas.

En Colombia la justicia no se vive, se compra

Colombia es un país que ha sido reconocido a nivel mundial por su biodiversidad ambiental y social, acreedor de una gran variedad de factores positivos que hacen de este un buen lugar para visitar, pero justo aquí es donde termina la buena imagen, porque una vez que se reconoce la zona, se sabrá de primera mano que es solo una imagen mal vendida para tapar lo que, evidentemente, está ocurriendo actualmente en todo el país. También somos dignos de contar con un perfil menos agradable, deformado por el narcotráfico y los paramilitares, los cuales parecen haber tenido a Colombia bajo su mando cuando la justicia era tenida por menos que nada.

Actualmente, la “justicia” en Colombia aparenta haber alcanzado un estatus de mayor valor, sin embargo, dicho lugar parece ser parte de un estado poco desarrollado y mal formulado, en el cual se quiere tapar lo que merece verdadera importancia con una bien llamada “cortina de humo”, en la cual se disipan diversos asuntos que nublan la vista del pueblo y lo mantienen en una zona muerta de la cual solo puede salir si es capaz de luchar por sus derechos, acudiendo a aquello que está establecido y que no se está aplicando.

El vídeo anterior resume lo que se está viviendo en la sociedad colombiana y, aunque parece ser una realidad exagerada para hacer reír a los espectadores, es una evidencia clara de cómo se está manejando la justicia, sin mencionar tantos casos que fueron, en su momento, de completo desagrado público y que han sido olvidados por los dirigentes o exonerados para aquellos que fueron perpetradores de dichos actos. Finalmente, es importante recalcar que la población colombiana debe levantarse de su continuo sueño y exigir lo que, por derecho, le pertenece.

¿La libertad del hombre?

El ser humano ha sido capaz de luchar por sus derechos durante toda su historia, alcanzando grandes cambios en la sociedad que serian de gran provecho para las generaciones venideras, sin embargo, dichas libertades alcanzadas han llegado a un punto en el cual casi no se percibe su existencia. La mayoría de las personas han optado por tomar esa libertad para permanecer en una vida monótona, adoptando un estado de latencia en el cual se sienten seguros y no planean salir de este por temor a lo que pueda ocurrir.

Los pensamientos, en algunos casos, en vez de dirigirnos hacia nuevas sendas, nos llevan a ser verdaderos esclavos.

Las personas deben ser capaces de salir del letargo en el que se encuentran y aventurarse a vivir de forma mas autónoma, siendo capaces de transformar verdaderamente su entorno. En este caso resulta pertinente colocar un ejemplo: lo que pasa a nivel político, en donde se declara una supuesta Democracia, que se hace cada vez más evidente como una ilusión sin sentido alguno. Ciertamente el hombre se ha limitado a depender de las autoridades, pero no se ha detenido a observar que esta siendo sometido y se espera que este se mantenga sin educación o pensamiento alguno, lo que pueda significar una revolución de ideas que si pretenden alcanzar una completa libertad social.

El avance solo alcanza cuando somos capaces de dar un paso hacia lo desconocido.

Solo queda esperar a que toda la sociedad no se deje llevar por la ignorancia en la cual nos quieren ver nuestros líderes, para evitar que alguien saque a relucir las fallas existentes en nuestra actual "Democracia ideal".

La naturaleza y la razón

Actualmente, son diversos los temas que han dado pie hacia una discusión entre lo que es natural y lo que es razonable, despreciándose poco a poco todo aquello que merece mas importancia de la que se le ha estado dando durante el paso del tiempo. Lo que es natural parece haber perdido sentido en frente de los pensamientos que tanto están ganando terreno en la sociedad actual, muchos de los cuales solo promueven la violación de los derechos humanos, aun cuando profesan estar queriendo lo contrario.

"Una vida no es algo de lo que te puedes deshacer, es algo que debes respetar"

Muchos dicen: "Una persona es libre de hacer lo que quiera con su cuerpo", mas aún si dicha acción se considera "necesaria" para evitar su sufrimiento o el de aquel que esta en su vientre, sin embargo, es bastante irrazonable querer el bien de alguien aun si esto conlleva a sacrificar a otro para lograrlo. La razón debe dar paso a las ideas que forjaron a esta sociedad, aquellas en las que se valoraba la vida de una persona y en la que esta no se trataba como a algo que puede ser quitado, sin tener en cuenta las consecuencias que esto acarrea a nivel físico y espiritual.

Una mujer tiene la libertad de elegir que hacer al respecto, pero no debe olvidar como le afectara lo que decida hacer, sera definitivo y marcara su vida de forma permanente. Tanto hombres como mujeres deberíamos reconsiderar nuestros pensamientos y no despreciar la oportunidad de amar al prójimo, respetarlo, ser los creadores de un mundo en donde se acabe la falta de sensibilidad y se anhele una nueva oportunidad de enmendar las cosas para garantizar la igualdad.

Un hijo no es un peso, es un milagro de Dios y debemos procurar su bienestar, para que sea capaz de cambiar su entorno y ser ejemplo de vida.

Lo que una persona vive no debe ser un motivo suficiente para tomar decisiones erradas, debemos pensar mejor las cosas y evitar llegar a un lugar en el que solo encontraremos soledad y dolor emocional.

El asesinato disfrazado de derecho...

"Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó". Génesis 1:  26-27.

Del pasaje anterior, destaca el hecho de que fue Dios quien creó al hombre y a la mujer, fue Él quien puso el aliento de vida en cada uno de nosotros, y quien nos creó a su imagen y semejanza. Cada persona que existe en el mundo lo hace porque Dios así lo permitió, y ha diseñado un plan y propósito especial para cada uno.

"Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones". Jeremías 1: 5.

Si es Dios quien nos ha dado la vida, ¿por qué el hombre se toma la atribución de quitarla a otro ser por medio del aborto, atribuyéndolo a los derechos de tiene la mujer sobre su cuerpo? ¿Donde quedan establecidos los derechos de ese ser humano que se esta formando? Esta es una práctica injustificada y cruel en todos los casos, nadie tiene el derecho de acabar con la vida y truncar la existencia de otro ser que viene en camino. La vida es sagrada, es un derecho constitucional y debe ser respetada.

De acuerdo a un estudio divulgado por el instituto Guttmacher de Nueva York, en Colombia se practican 400,000 abortos cada año. Legalmente, son aprobados si la madre fue abusada sexualmente, si el feto tiene malformaciones o si representa un peligro para la madre, sin embargo, clandestinamente se practican solo por ser embarazos no planificados. A pesar de todos los argumentos, esta no es la solución, en caso de una violación la madre puede dar a su hijo en adopción y si presenta malformaciones, aun así, puede llegar a la vida y ser una gran persona, un ejemplo de ello es Nick Vujicic, un hombre que nació sin brazos ni piernas y esto no ha sido impedimento para que alcance todas sus metas.

Además de acabar con la vida de un ser inocente, este atroz acto deja consecuencias físicas y emocionales para la madre, ya que al practicarlo corre un alto peligro y nunca podrá olvidar la vida que llevó dentro de sí.

Por eso:

¡Piensa 2 veces antes de estar a favor del aborto!

La insistente lucha en contra del género femenino...

Durante mucho tiempo la mujer ha venido ocupando un lugar fundamental en la sociedad, con un puesto que se considera esta en "igualdad de condiciones" a los hombres, sin embargo, nunca una mujer estará exenta del escrutinio público, para tacharla de inferior con respecto al otro género y denigrar aquello que se ha alcanzado para poder actuar de forma libre. Puede decirse que, aunque muchas mujeres e incluso hombres han peleado por la libertad de todo un género de la opresión general, se encuentran muchas personas que aun viven en el pasado y consideran que nosotras las mujeres debemos ser tratadas con menores privilegios a los recibidos por el hombre.

Tal vez muchos se fundamentan en el hecho de que nuestra apariencia nos hacer ver débiles, que incluso el pétalo de una rosa es lo bastante fuerte para tumbarnos, pero no debemos olvidar que en ciertas situaciones la mujer ha alcanzado lugares por encima del hombre mismo, este parece no reconocer dicho estado actual y parte de la misma población femenina prefiere someterse por el miedo a perder a alguien y quedarse solas. La sabiduría grande y maravillosa de Dios, también se encarga de recordarnos que las apariencias no pueden ser la base para que juzguemos, tenemos que ver mas allá de lo exterior y no cerrar nuestra mente ante la idea de ser testigos de grandes cambios por parte de aquellas que tanto han sido relegadas.

Tal vez encontremos personas que se opongan al crecimiento del género femenino, que luchen de forma insistente en contra de ello, pero es nuestra decisión si regiremos nuestra conducta en base a lo que el mundo quiere o a lo que queremos ser. No debemos olvidar que, nuestro Padre Celestial nos defiende de las adversidades que podamos hallar y si permanecemos en su presencia, el se encargara de protegernos bajo sus alas y nos levantara como a águilas por el poder de su amor.

La pluralidad y equidad de género en nuestros tiempos

Poniéndolo en un contexto general, a medida que ha transcurrido la historia el ser humano a atravesado diferentes cambios en su forma de vivir y actuar. Antiguamente, el hombre era el que se encargaba de hacer las cosas pesadas (traer el sustento a la casa), en cambio, la mujer tenía que quedarse en el hogar a cuidar de sus hijos y, vaya que trabajo le tocaba a la mujer, estar a cargo de la casa. Al parecer en el tiempo de antes, y va a sonar chistoso, la gente no tenía suficiente entretenimiento, no gozaban de una televisión y la única que querían hacer era  tener un equipo de fútbol (¡muchos hijos!). La mujer no tenía derecho de opinar, sino de someterse a las reglas que imponía el hombre.

Afortunadamente, dichos pensamientos han cambiado y tanto la mujer como el hombre ocupan un puesto "equitativo" en la sociedad, sin embargo, existen ocasiones en las que la sociedad parece olvidar el cambio que se ha generado y, nuevamente, la mujer llega a ser sometida y relegada a ciertos oficios, sin dejar de mencionar a aquellos hombres que también sufren el maltrato por parte de las mujeres, ante un comportamiento que este mismo a implantado desde tiempos remotos. Se puede decir que, el hombre ha estado sujetado a una forma de vivir y el tiempo no ha borrado por completo dicho sello, pero, en un mundo casi completamente machista, la mujer ha logrado abrirse paso en medio de un gran depredador y a sido capaz de igualar el estado de este.

‘Todo viene de casa’

Dicho comportamiento esta ligado a lo que se aprende en casa y los grandes cambios también han surgido de lo que allí si vive. Para alcanzar una paz duradera entre hombres y mujeres, es indispensable que la igualdad permanezca a través del tiempo y que aprendamos a vivir aceptando al prójimo con sus cualidades y defectos, buscando en todo momento hacer de este un mundo mejor y de importante incidencia sobre las generaciones venideras.

Esta figura muestra de forma clara que los hombres y las mujeres debemos ser tratados por igual.

Todos debemos conocer que el mundo ha cambiado, niños, jóvenes y mayores, debemos apercibirnos de nuestro papel en la sociedad y el papel importante que jugamos en este como generadores de pluralidad y equidad de género.

¿Mujeres sometidas o mujeres libres?

Desde el inicio de la humanidad, la mujer ha sido considerada un pilar fundamental en la construcción de las sociedades. Esta ha sido reconocida por tener la capacidad de traer la vida, sus habilidades maternas y en el hogar han sido sus principales funciones. Hace muchos años la mujer desempeñaba un papel muy sumiso, sus días transcurrían al servicio de su esposo e hijos, y no se tenia en cuenta su opinión e ideas.

Las mujeres eran sometidas y debían permanecer en sus hogares.

Con los avances industriales, sociales y políticos, la mujer empezó a hacer valer sus derechos, exigiendo igualdad y evidenciando su valor dentro de la sociedad. Es así como pasó de estar "trabajando" en el hogar, para hacerlo dentro de una fabrica en jornadas extensas y agotadoras.  En la lucha y defensa de dichos valores, ahora tenemos mejores condiciones y oportunidades laborales, de educación y nuestra opinión es escuchada, respetada y tenida en cuenta. Sin embargo, y aunque no se tiene muy en cuenta en estos tiempos, las mujeres siguen bajo extensas jornadas; después de un día laboral, muchas regresan a sus casas a cumplir su papel de madre soltera, en el que solo ellas llevan toda la carga de sus hogares, en otros casos persiste la idea machista de que solo la mujer debe ser la encargada de la casa y, a pesar de estar casadas o vivir en pareja, deben realizar los quehaceres domésticos.

Las mujeres somos capaces de trabajar mas duro para conseguir lo que queremos, sin abandonar los hogares construidos.

Por otro lado, existen las mujeres que prefieren vivir y mantenerse solas, sin esposos que las hagan "sumisas", pero esto solo evidencia lo lejos que se encuentra la sociedad de Dios y sus principios, si bien se dice que la mujer debe estar sometida a su esposo, esto no es de una manera opresora, ella lo sigue porque ve en él a un hombre que tiene como cabeza a Dios, y la dirección del hogar será dada en total amor, respecto y comprensión del uno por el otro. Entonces:

¿quieres ser una mujer sumisa o libre?

La historia de una moral distorsionada

Es bien conocido qué desde la creación del hombre, este ha querido ser igual e incluso superior a Dios, buscando en todo momento sobrepasar, además, a sus congéneres. Se puede decir que, la historia del hombre, no es más que la de una moralidad distorsionada por el querer tener, sin importar lo que este tenga que hacer para logar sus objetivos. Así como se ha registrado una evolución que ha facilitado la vida de toda persona, se hace evidente la creciente individualidad del ser humano y su afán por aumentar sus posesiones, estar a la vanguardia tecnológica y alcanzar una posición alta en la sociedad.

El hombre debería velar por las cosas importantes a nivel espiritual y no solo por las materiales.

Sin embargo, dichos “rangos” que el hombre ha contemplado no serían posibles sin la ayuda de aquellos que lo rodean. Cabe mencionar, los grandes descubrimientos que se han hecho en la historia de la humanidad, atribuidos a una persona que, seguramente, recibió apoyo de otros individuos interesados en hacer posible las ideas innovadoras que, sin duda, revolucionarían a la sociedad. En el caso anterior, no sería una sorpresa el hallar a ciertos seres que se encargaron de humillar a los que se equivocaban y exaltarse cuando todo salía conforme a sus exigencias, entonces, se observa que la grandeza no se alcanza pisoteando a las personas que tanto bien pueden hacernos, sino, actuando con humildad y valorando los esfuerzos del prójimo.

Se aprecia pues, una relación entre el comportamiento del hombre durante las épocas pasadas y lo expresado en la palabra de Dios, porque el mayor mal del hombre ha sido despreciar a su Dios y el amor que va ligado a este, cambiar sus principios morales por un poco de dinero que solo saciara una necesidad momentánea y dejara un vacío permanente.

El hombre debe ser capaz de dejar de lado todo aquello que lo daña y tratar de ser mejor persona para incidir positivamente en su entorno.

¿En qué han cambiado los hombres y las mujeres?

A lo largo de la historia de la humanidad, se han registrado sucesos que involucran a los hombres y a las mujeres en una lucha constante por alcanzar sus derechos y libertades. En tiempos pasados, se consideraba que la mujer era (durante toda su vida) propiedad del hombre, tanto del padre, a temprana edad, como del marido cuando el mismo padre entregaba la mano ésta en matrimonio, logrando que las hembras dependiesen totalmente de los varones para poder sobrevivir. Lo anterior, llevaba a que la mujer de esos tiempo no tuviera derechos a desempeñar algún cargo, sino de estar, a tiempo completo, pendiente de las actividades de la casa.

"No es lo mismo que una mujer compita contra un hombre, a que una mujer compita contra otra mujer o un hombre compita contra otro hombre, porque cuando una mujer compite contra un hombre se desarrollan lazos de complementariedad, mientras que cuando una mujer o un hombre compiten con alguien de su mismo sexo las relaciones tienden al conflicto" (Calvinandhobbes).

Pero, los roles de los géneros masculino y femenino han cambiado continuamente en la historia. La definición de los roles de la mujer o el hombre, pueden depender de los papeles a los cuales se han mantenido expuestos desde su niñez, lo cual marca de forma permanente el comportamiento de la persona, en la medida que lo que se inculca en este se vera reflejado en su futuro actuar. Los roles de género se pueden describir como las actividades y los comportamientos que se esperan de los hombres y las mujeres en la sociedad y esto se encuentra relacionado con las diferentes culturas a las cuales pertenecen los hombres y las mujeres. Aunque las mujeres actualmente también trabajan tiempo completo, siguen siendo las responsables del cuidado de los hijos y del hogar, caracterizándose por ser mujeres multifuncionales; de igual forma se aplica para el hombre de hoy, el cual puede desempeñar esas mismas actividades del hogar.

El gran predominio que han tenido las mujeres en los diferentes ámbitos de la vida (académico, político, laboral, deportivo, etc.), ha demostrado que estas tienen las mismas capacidades que los hombres y que, realmente, han estado excluidas de muchas de las actividades sociales a las que tienen derecho.

¡La trascendencia del hombre!

El hombre es considerado como el ser vivo que posee la capacidad de cambiar su entorno de forma rápida, lo cual se encuentra muy ligado al sentido ético y moral que este ha albergado durante las diferentes épocas que han marcado la historia de la sociedad. El ser humano se ha encargado de transformar el mundo para satisfacer sus necesidades y alcanzar lo que, en un principio, se consideraba imposible; sin embargo, la trascendencia a la que se ha llegado debe ser analizada con respecto a los valores que han regido en cada persona y a su relación con el prójimo, teniendo en cuenta dichos principios morales que se han observado en la humanidad desde sus principios.

Esta imagen muestra los cambios y edades que ha atravesado la humanidad.

A nivel material, se han alcanzado diversas modificaciones que hacen más fácil la vida de todos, pero, a nivel espiritual, el hombre ha experimentado tantos cambios que parece haber perdido el sentido de vivir en comunidad a lo largo de estos. En una edad primitiva, cuando el hombre gozaba de menos privilegios y solo de lo ofrecido por la naturaleza, se valoraba el sentido de vivir en conjunto y trabajo en equipo, sin embargo, en una sociedad antigua, solo se tenían en cuenta los intereses personales de riquezas sin importar el bien de aquellos considerados “inferiores”, denominados esclavos y tratados como animales. A partir de dichos acontecimientos, la moral a ganado terreno y se ha contemplado de forma universal, abarcando a todo ser humano y haciendo énfasis en la palabra Igualdad. Lo anterior parece haber dado fin a los problemas de convivencia humana, pero, la humanidad solo ha llegado a un punto en el cual se considera que los pensamientos éticos no permiten que se desarrolle la libertad que tanto se busca y recurren a prácticas que, no solo los deterioran a sí mismos, sino también al prójimo.

Solo queda esperar que el hombre sea consciente de sus actos y podamos llegar a una paz colectiva que nos regrese a esos días en los que ayudar al otro era lo principal.

La humanidad a través de cinco Edades

Al igual que la historia de la humanidad, la ética ha sufrido transformaciones a medida que transcurre el tiempo y llegan nuevas generaciones. Esta historia inicia con la sociedad primitiva, aquí la vida se desarrolla de manera colectiva, prima el bienestar del grupo y se vive de forma nómada, instintiva y en torno a lo que la naturaleza brinda. Luego, surgió la edad antigua, donde la opresión y la relación amo-esclavo eran la base de la sociedad, además, se inició con el concepto de propiedad privada y los cultivos masivos. Seguidamente, se instauró la edad media (también conocida como edad feudal), en esta se vive en torno a la tierra, aunque la fe también jugó un papel vital, se cambió el concepto de esclavo a siervo, se le respetaba el derecho a la vida, sin embargo, permanecía anclado a la tierra en la que debía trabajar. Después, nació la edad moderna, basada en un sistema burgués donde el poder estaba en unos pocos (la realeza), es aquí donde se presenta la revolución industrial y un cambio de pensamiento, en el que el conocimiento se obtiene por la razón.  Finalmente, la post-modernidad (edad actual) procura un sistema de globalización, se da la revolución digital y se le da importancia a las minorías sociales, de igual forma, se tiene en cuenta el alma, el espíritu y las emociones.

El vídeo anterior permite apreciar, de forma animada, como se ha desarrollado la humanidad desde tiempos primitivos; se evidencia como el hombre, inicialmente, tomaba lo necesario de la naturaleza y, posteriormente, decidió cambiar muchas de las prácticas consideradas malas, como la esclavitud, para dirigir sus intereses hacia el sometimiento de la naturaleza, produciendo no solo para si mismo, sino de manera masiva, agotando los recursos indispensables para todos y perdiendo el sentido ético que nos lleva a respetar al prójimo e, incluso, a la naturaleza, dada por Dios para que todos podamos subsistir.

Todos juntos podemos ser capaces de hacer un mundo mejor.

El hombre y su identidad

“¿Cuándo y dónde ha presenciado que dos caballos, preparen o realicen un atentado contra otro de sus semejantes, porque tenga mejor paso o sea de mejor raza?” (Tubo de ensayo, Angela María Giraldo).

Los animales, seres que realizan sus actividades por instinto; hombre, ser que no permanece fijo en sus acciones y pensamientos. Cada día se hace mas evidente que el ser humano se apropia de su entorno y lleva a cabo significativos cambios que se traducen en un gran paso para la humanidad, sin embargo, este se ha olvidado de los conceptos éticos que deben regir su vida y su moral se ha apagado con el paso del tiempo. El hombre ya no se preocupa por los valores que tanto necesita para tener una existencia tranquila, y solo vive pensando en sus propios intereses sin detenerse un momento a pensar en el prójimo, pues todos deberíamos aprender a vivir con las personas que nos rodean.

En comparación a los animales, el hombre hace tantas cosas en su vida que esta no le alcanza para conseguir todo lo que quiere, mientras que los primeros solo deben encargarse de seguir los pasos de sus antepasados y no preocuparse mucho por cambiar eso (a menos que el hombre altere su forma de vivir y solo les quedaría adaptarse y continuar siempre en lo mismo). Es un privilegio ser dotados de inteligencia y poder elegir lo que queremos ser y hacer, pero el hombre ha dejado de comprender la importancia de vivir en comunidad, dejar atrás todo lo que nos hace daño y estar siempre en comunión con nosotros mismos para poder dar amor a los demás.

"En algunos casos, somos capaces de hacer mas daño con lo que decimos y no con lo que hacemos; debemos ser capaces de mirarnos en el contexto social y mejorar nuestra forma de ser".

"La vida bien vivida"

Para que un ser se considere vivo debe cumplir con un ciclo: nacer, crecer, alimentarse, reproducirse y morir. Las plantas, animales y los humanos realizan todas estas actividades, pero los últimos (los humanos) no lo hacen solo por instinto. Los humanos tienen la capacidad de pensar, cuestionarse, reflexionar, decidir, amar, etc. Esto nos hace diferentes de cualquier otro ser vivo, tenemos la capacidad de cambiar nuestro entorno y nuestro destino, a través de las consecuencias que traen nuestras decisiones.

Los seres humanos podemos elegir de que manera queremos vivir nuestra vida. Si queremos llevar una existencia libre y tranquila, rodeado de nuestros seres queridos y haciendo el bien al prójimo o si, por el contrario, decidimos llevar una vida de opresión y esclavización por los estereotipos sociales, preocupándonos solo por nosotros mismos.

¿De qué manera quieres vivir?

“Menos mal que el mundo arde siempre por otro lado...” (Quino)

La mayoría de las veces es la ignorancia la que nos esclaviza a los seres humanos; ignorancia en su amplio contexto: a modo de prejuicio, a modo de conocimiento inservible, a modo de conocimiento que no se usa adecuadamente, a modo de no tener siquiera conciencia de que eres ignorante, de que algo que se aprovecha de ti, te engaña o te está esclavizando, poniéndote “como siervo para sus intereses” y ni siquiera lo sabes o no eres consciente de ello; evidente es, ayudas aún más a que ese algo te esclavice y mueva también los hilos de tu futura vida.

“La vaca no se desvaca” (La Ética arte de vivir).

En algunas ocasiones llegamos a pensar que el hombre es un animal mismo, sin embargo, a pesar de las situaciones que observamos en la vida de una persona, dista mucho de ser como estos. La vaca es vaca y siempre lo sera, nada le hará cambiar su instinto natural, pero el ser humano cambia tan rápidamente de pensamiento y de actitud, “el hombre para dar un paso en la vida, tiene que hacer uso de la libertad”, algo de lo cual no gozan los animales que están bajo la autoridad humana. 

Globalmente hablando, cualquier ser humano establecido en la sociedad tiene una cota de libertad, las acciones que puede hacer y las expresiones que puede manifestar, así mismo, unas imprescindibles posibilidades por difundirlas - en una realizable libertad publica o social -. Y bien, teniendo esa libertad, al mismo tiempo que la ejercita es responsable – como autor – de ella, por unas inevitables consecuencias que se determinaran en el entorno en el cual viven otros seres humanos. Así es, en evidencia una sociedad es un conjunto de libertades individuales que configuran en una justa comprensión o tolerancia de ellas los logros de tal sociedad y, también, sus perjuicios o sus errores.

El hombre necesita volver a ser humano…

Detente un momento y observa lo que pasa a tu alrededor. ¿Qué ves?...

Cuando dedicas un poco de tu tiempo a analizar el comportamiento actual de la sociedad, identificas que en cuestión de unos pocos años se han presentado tantos cambios que no puedes, incluso, imaginar la magnitud de estos. Las costumbres de las personas han dado un giro de 360° que, en su mayoría, parece haber acabado con el sentido humano de cada ser, es decir, con la capacidad de interactuar de forma sana, de respetar y de convivir con el prójimo de forma que exista un sentido de unión y no de exclusión total.

Los valores que llevaron a crear grandes civilizaciones son ya como un sueño que se ha quedado en la oscuridad de la mente humana, una ráfaga de viento que se ha desvanecido y en su lugar ha dejado un vacío que se intenta llenar con una forma errada de percepción, en la cual solo debes pensar en tu bienestar sin importar por encima de quien debas caminar. ¿En qué momento el ser humano se volvió tan egoísta e ignorante? Los pensamientos que rigen esta sociedad se han encargado de aplastar la moral de las personas, los problemas ajenos ya nos son indiferentes, el que ayuda solo lo hace para ser reconocido y el que triunfa, a costa de los que lo rodean, solo busca degradar al otro y corromper lo poco que aún es bueno.

Deberíamos ser capaces de revisar nuestro pasado y no cerrarnos a la posibilidad de retornar a esas viejas costumbres que tanto bien le han hecho al mundo entero, de pensar en el otro con sinceridad, de dirigir con igualdad y justicia, de apoyar a los que sufren día a día y contribuir a cambiar la maldad que el hombre ha desarrollado y que tanto daño le hace, no solo a una, ni a dos, sino a millones de personas que solo quieren tranquilidad, que solo quieren paz. Así como lo dice la palabra:

Estamos en este lugar por algo, con Dios no hay casualidades, cambiemos el mundo para mejorarlo con el sentido ético y de amor que tenemos.

“Tal vez, entonces, cuando estos niños y niñas lleguen al momento de dirigir su país, lo hagan con actitud amable, con responsabilidad, con modestia, con generosidad y con el sentido solidario que tanto echamos de menos en algunos de nuestros soberbios dirigentes” (Francisco Cajiao, El Tiempo, 10 de febrero de 2004).

La Ética Como Identidad

Como seres humanos tenemos un mismo ciclo de nacer - crecer - reproducirse y morir, pero a la vez somos distintos. Eso es lo que nos identifica a cada uno.

Es por lo anterior que nuestra identidad, lo que somos, nos lleva a elegir, a decidir y a defender una causa que creemos justa o valiosa, moral y socialmente. Los valores nos hacen elegir entre personas, etnias o grupos necesitados de defensa, nos hacen luchar contra ideologías juzgadas dignas de rechazo (ultraderecha, nacionalismos fanáticos, fundamentalismos religiosos, mafias de cualquier tipo, dominio y opresión de decir), nos hacen tener identidad. En consecuencia, la identidad que se va conformando gracias a nuestro proyecto de vida, tiene la fuerza integradora para hacer que nuestra subjetividad no esté errante, cambiando continuamente de unas ideas y deseos a otros.

De aquí se reduce que la parte moral, es la dimensión de nuestra persona que la puede constituir en una auténtica identidad feliz, la dimensión más fuerte del “sí-mismo” que determina nuestro proyecto final de satisfacción propia. Esta parte integradora de la identidad está constituida por la estima de sí junto a la solicitud por el otro, indisociable de la primera.

“Nosotros nos encargamos de enmarcar nuestro destino, y en lo personal pienso que nuestra verdadera identidad la encontramos al tener un encuentro con Dios, ya que Él es el amor en sí mismo, y solo Él nos puede dar la capacidad para amarnos nosotros mismos, a nuestro prójimo y un verdadero sentido de identidad (somos hijos de Dios)”.

¿Por qué ética?

Del vídeo anterior se observan dos importantes situaciones que se especifican a continuación. En la primera resalta la manera prejuiciosa en la que muchas personas solemos actuar, señalando al prójimo por su apariencia, dudando de sus capacidades o tachándolos solo por alguna condición. Cabe mencionar la importancia de reconocerse, de saber que cada persona tiene capacidades diferentes y que no importan los comentarios o lo que otros piensan; ¡importa lo que eres y a donde quieres llegar! 

Del segundo caso, llama la atención la capacidad con la que el protagonista (Nelson Mandela) habla sin rencores y odios de las personas que, por tanto tiempo, oprimieron a todo un pueblo. Nos enseña a perdonar, a no perjudicar a otros, pero sobre todo, a no pagar mal con mal, así se reconstruye una nación.