Durante mucho tiempo la mujer ha venido ocupando un lugar fundamental en la sociedad, con un puesto que se considera esta en "igualdad de condiciones" a los hombres, sin embargo, nunca una mujer estará exenta del escrutinio público, para tacharla de inferior con respecto al otro género y denigrar aquello que se ha alcanzado para poder actuar de forma libre. Puede decirse que, aunque muchas mujeres e incluso hombres han peleado por la libertad de todo un género de la opresión general, se encuentran muchas personas que aun viven en el pasado y consideran que nosotras las mujeres debemos ser tratadas con menores privilegios a los recibidos por el hombre.
Tal vez muchos se fundamentan en el hecho de que nuestra apariencia nos hacer ver débiles, que incluso el pétalo de una rosa es lo bastante fuerte para tumbarnos, pero no debemos olvidar que en ciertas situaciones la mujer ha alcanzado lugares por encima del hombre mismo, este parece no reconocer dicho estado actual y parte de la misma población femenina prefiere someterse por el miedo a perder a alguien y quedarse solas. La sabiduría grande y maravillosa de Dios, también se encarga de recordarnos que las apariencias no pueden ser la base para que juzguemos, tenemos que ver mas allá de lo exterior y no cerrar nuestra mente ante la idea de ser testigos de grandes cambios por parte de aquellas que tanto han sido relegadas.
Tal vez encontremos personas que se opongan al crecimiento del género femenino, que luchen de forma insistente en contra de ello, pero es nuestra decisión si regiremos nuestra conducta en base a lo que el mundo quiere o a lo que queremos ser. No debemos olvidar que, nuestro Padre Celestial nos defiende de las adversidades que podamos hallar y si permanecemos en su presencia, el se encargara de protegernos bajo sus alas y nos levantara como a águilas por el poder de su amor.
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