Al igual que la historia de la
humanidad, la ética ha sufrido transformaciones a medida que transcurre el tiempo y
llegan nuevas generaciones. Esta historia inicia con la sociedad primitiva, aquí la vida se desarrolla de manera colectiva, prima el bienestar del grupo y se
vive de forma nómada, instintiva y en torno a lo que la naturaleza brinda. Luego,
surgió la edad antigua, donde la opresión y la relación amo-esclavo eran la base
de la sociedad, además, se inició con el concepto de propiedad privada y los
cultivos masivos. Seguidamente, se instauró la edad media (también conocida
como edad feudal), en esta se vive en torno a la tierra, aunque la fe también jugó un papel vital, se cambió el concepto de esclavo a siervo, se le
respetaba el derecho a la vida, sin embargo, permanecía anclado a la tierra en
la que debía trabajar. Después, nació la edad moderna, basada en un sistema burgués donde el poder estaba en unos pocos (la realeza), es aquí donde se presenta la revolución
industrial y un cambio de pensamiento, en el que el conocimiento se obtiene por la
razón. Finalmente, la post-modernidad
(edad actual) procura un sistema de globalización, se da la revolución digital y se le da importancia a las minorías sociales, de igual forma, se tiene en cuenta el
alma, el espíritu y las emociones.
El vídeo anterior permite
apreciar, de forma animada, como se ha desarrollado la humanidad desde tiempos
primitivos; se evidencia como el hombre, inicialmente, tomaba lo necesario de la naturaleza y, posteriormente, decidió cambiar muchas de las prácticas consideradas malas, como la esclavitud, para dirigir sus intereses hacia el sometimiento de la naturaleza, produciendo no solo para si mismo, sino de manera masiva, agotando los recursos
indispensables para todos y perdiendo el sentido ético que nos lleva a respetar
al prójimo e, incluso, a la naturaleza, dada por Dios para que todos podamos
subsistir.
Todos juntos podemos ser capaces de hacer un mundo mejor.
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